El amor es un sentimiento que nos dignifica como humanos y que gobierna muchos aspectos de nuestra vida. Hablamos del amor que tenemos a nuestra familia, por nosotros mismos, de pareja y hasta por los animales, más que un sentir, es una fuerza que nos hace sentir vivos. Todas son manifestaciones diferentes, en el caso de conocer una persona y entablar una relación, numerosas son las causas por las que todo se acaba, tal vez vemos amor en donde no está. Si quieres saber cómo manejan estas rupturas los signos de fuego, te invitamos a que nos acompañes en este artículo.
Rupturas amorosas
Conocer a la persona que nos complementa y compartir nuestra vida con ella es una de las metas a las que muchos aspiran. El poder amar y también recibir amor, compartir momentos únicos, complicidades, secretos y muchas otras cosas hacen que el estar en pareja sea maravilloso. Todo es mejor ya que contamos con una persona con la que podemos confiar y crear conexiones que nos unan a niveles más íntimos. Vivir al lado de otro ser es toda una aventura llena de felicidad y también de dificultades, pero que al fin y al cabo vale la pena si estamos con la compañía correcta.
Nos cruzamos con todo tipo de gente, conocemos al que será el amor de nuestra vida y las cosas no salen como esperábamos, surgen muchos malos entendidos y diferencias que no se superan. Y optamos por terminar con eso que nos duele, y así seguir con nuestro camino a pesar del dolor que genere. Superar estas rupturas para muchos es difícil, pero todo dependerá de la auto estima y fortaleza de cada uno. De tener la determinación suficiente para aceptar, agradecer, aprender y superar para volver a encontrar la felicidad y tranquilidad que nos fue arrebatada.
¿Cómo enfrentan estas rupturas los signos de Fuego?
Aries Leo y Sagitario hacen parte del elemento Fuego, poseen gran fortaleza y energía, son arriesgados y autónomos en sus decisiones. Siempre piensan en lo mejor para ellos, son exigentes a la hora de escoger pareja, valoran muchos aspectos y eligen siempre pensando en alguien que complemente y mejore sus vidas. Cuando se enamoran, lo hacen desmedidamente, son a todo dar, muy afectivos y gentiles, siempre buscan espontaneidad en su relación y que su compañía les corresponda. Cuando llega el final inminente, se sienten abrumados ya que no se preparan para que esto suceda, en este aspecto solo piensan en el presente, e idealizan lo que sienten pensando en que durará para toda la vida.
Por ende, entran en periodos de profunda depresión y tristeza, ya que piensan en mantener la relación para toda la vida. Cuando esto no sucede, se sienten ofuscados y muy tristes, entregándose a estos sentimientos durante mucho tiempo, convirtiéndose en personas completamente diferentes, abandonando todo lo que para ellos era importante. Necesitan espacio y muchos momentos de reflexión para recuperarse de este duro golpe, pero cuando lo logran siguen sin mirar atrás. Es aconsejable que se mantengan en constante movimiento, realizando actividades que los estimulen.