Cuando dos personas con intereses comunes se unen, tienen muchas posibilidades de llevar adelante una vida en pareja, porque sus objetivos también tenderán a ser comunes. En Astrología, cuando dos signos son de naturalezas diferentes se tiene que escudriñar en la Carta Astral con la finalidad de descubrir bordes complementarios entre sí. Recordemos que dos complementarios se funden en algo único.
Complementan y amplifican su buena vibra
Hay un fenómeno denominado resonancia, que se da cuando dos ondas que vibran con la misma frecuencia se juntan. Ocurre que se amplifican mutuamente y, en conjunto, se manifiestan con una intensidad desproporcionadamente mayor. Lo que refuerza el hecho de que cuando personas cuyos principios básicos vibran en el mismo plano, sus intereses son afines y sus posibilidades de prosperar juntos es muchísimo mayor que si cada quien anduviera por su lado.
Esto último no ocurre entre Tauro y Géminis, pues sus naturalezas no vibran en el mismo estado. El primero es un signo de tierra y el segundo de aire; y es sabido que tierra y aire no son compatibles tanto en su forma externa como interna. Cuando esto ocurre, se prevé una relación difícil de mantener en pie. Sus diferentes perspectivas de mundo impedirán asimilarse correctamente el uno al otro.
¿De dónde vienen sus diferencias?
Una de las diferencias básicas que existe entre Tauro y Géminis es que, mientras Tauro prefiere la estabilidad y se expresa con un temperamento tranquilo, actuando metódicamente; Géminis es una vorágine de movimientos y de palabras, es inconstante en su modo de proceder, siempre está adentrándose en nuevas experiencias, es enormemente multifacético. Tauro conseguirá su objetivo porque avanzará con mucha paciencia, edificando ladrillo a ladrillo; Géminis, muchas veces, será la encarnación del conocido refrán «aprendiz de todo, maestro de nada», o del otro que reza «quien mucho abarca, poco aprieta».
Hay algo que todavía necesitamos tener en cuenta respecto al fenómeno de resonancia. Decíamos que cuando dos cuerpos vibran con la misma frecuencia, se refuerzan mutuamente y amplifican sus resultados. Lo que nos interesa es saber lo que ocurre luego de este hecho; cuando ambos unen su vibración, fusionándose en una vibración muchísimo mayor, sus efectos son, por lo general, destructivos. Esto es cierto en el terreno de la física y puede llegar a serlo también en el ámbito humano. Para dar cuenta de esto, sólo tenemos que recordemos cómo actúa una muchedumbre enardecida.
Tomando esto en consideración, concluimos en que el ser similares no augura el éxito de una relación. Pensemos en dos personas como Tauro y Géminis, que carecen de elementos en común. Es cierto que en un principio no serán compatibles y no tendrán nada que reforzarse el uno al otro, sus intereses deambularán siempre alejándose mutuamente. Pero, si ambos están dispuestos, tendrán mucho que aprender del otro. Tauro se beneficiará aguzando un poco más su mente e incrementando su movilidad, Géminis será para él como la inspiración que le lleva a apartar sus pies del letargo, volviéndole más activo. Géminis se beneficiará, por su parte, aprendiendo a ser más paciente y constante, a aprender con el ejemplo que para alcanzar una meta se requiere de trabajo y mucha paciencia.