La señora luminosa que reina en la noche nos ha acompañado desde el inicio de los tiempos y cada civilización le ha dado un trato especial en sus rituales y un significado ligado a la feminidad y al proceso de la vida en la tierra. Las fases lunares nos muestran la metamorfosis cíclica que tiene nuestro satélite natural y cómo cada cambio repercute en la vida del océano, en la agricultura e incluso en la fecundidad del hombre.
Durante siglos y siglos ha sido objeto de estudio y de idolatría pensando que ella como el sol, son las fuentes de sabiduría y energía eterna. Para los Celtas, la luna es la Diosa Madre, no sólo ligada al poder transformador de la mujer, sino a una serie de mitos y tradiciones que han estado arraigados desde sus orígenes. Su horóscopo de hecho es también lunar y se basa en los cambios de la luna y sus fases.
Los Druidas y los astros
Los Druidas eran los sacerdotes de la cultura Celta. Ellos le rendían un culto especial a la luna, que representa la parte femenina y creadora de la naturaleza. Incluso hay algunos que aseguran que hay sacerdotisas o Druidesas mujeres. Para ellos la luna era la Madre, Co-creadora del mundo y del universo.
Ellos ligaron las fases de la luna con el cambio del clima y el conteo del tiempo. Su Horóscopo tiene una tendencia protectora y muestra a los árboles como espíritus que dan dones y protegen a los hombres, según su fecha de nacimiento. Tenían incluso un árbol por cada cambio lunar, así marcaban el cambio de la naturaleza y las cosechas. Para ellos, los árboles eran arcas o fortalezas. Bajo sus ramas realizaban sus ritos y celebraciones, a la luz de la luna.
Los celtas y las fases de la luna
Las fases de la luna eran determinantes para esta cultura, ya que se dieron cuenta que, al cambio de la luna cambiaban las estaciones, ciclos de fecundidad femenina y las cosechas. Su horóscopo con trece lunas, equivale al año solar que conocemos. Por ende también cada cambio de la luna ofrece oportunidades de renovación y nuevos proyectos para el hombre. Al igual que el horóscopo moderno, el de los Celtas asociaba a las transformaciones de la luna las diferentes personalidades de los nacidos en ese momento.
Cada luna llena eras sinónimo de celebración y se realizaban rituales místicos, ligados al momento del año que se vivía en ese momento. Así, los momentos más importantes eran los 13 encuentros con la luna llena, los 2 equinoccios y los 2 solsticios. Esas fechas eran vistas como un momento de adoración a la madre de los astros y también para tomar un poco de su energía mística. El baile y la poesía eran parte de estas fiestas, justo en los bosques, donde estaban los árboles o guardianes. Así, aún ahora la luna influye en cómo vemos el mundo y el legado de los Celtas sigue vigente, en las estaciones y mareas.