A diferencia de los amuletos, que tienen que transportarse en una bolsita, con la consiguiente incomodidad; las piedras preciosas son más fáciles de llevar porque se confunden fácilmente con un objeto de adorno. Es más, cualquiera que los vea supondrá eso y nada más. No obstante, la razón de ser que tiene una piedra, al estar prendida a un colgante que pende del cuello de Capricornio, será la de servir como talismán.
Un talismán que protege a su portador, Capricornio
Capricornio puede encomendarse a las energías estabilizadoras del ónix negro. En ella encontrará una cómplice cuando tenga que enfrentar escenarios desconocidos que le producen pánico. Al igual que todo cuarzo, el ónix negro será el indicado para mantener relajado a Capricornio, permitiéndole entrar con facilidad en estado de meditación. Es una piedra capás de desterrar la melancolía de los alrededores de su amo.
Con el ónix negro en sus manos, Capricornio podrá encomendarse a la perseverancia que le es característica con la confianza de que podrá apoyarse en las energías de esta piedra. Entra en contacto con lo más íntimo de la persona y saca a relucir su humildad, de este modo podrá avanzar discretamente hasta alcanzar su objetivo, tal como es el estilo de Capricornio.
Capricornio no es un ser impulsivo, pero suele apasionarse desmedidamente por el trabajo que realiza, al que le da todo su tiempo, su concentración y su vida. El ónix negro le servirá para arrancarle de este ensimismamiento, haciéndole respirar un poco de aire fresco. Le protegerá también contra accidentes fortuitos que pudieran postrarle en cama durante una buena temporada.
Debes limpiar y cargar tu gema de la suerte
El ónix negro, para ser utilizado como talismán, requiere ser limpiado, cargado y programado; de igual modo, cuando se utilice y sus entrañas queden impregnadas de energías negativas, será necesario descargarlo. La forma en que se realiza la carga es manteniéndola durante un día de sol, próximo al cuarto creciente, a la intemperie, desde el alba hasta el ocaso.
Una vez sostenida entre sus manos, Sagitario deberá comunicarle su ser interior, sus sentires más profundos y sus anhelos más marcados. El ónix negro habrá sido programado. Para cargarlo por completo se lo dejará al abrigo de la luz de la Luna llena, durante una noche entera. Luego de este proceso, Sagitario deberá impedir que cualquier persona toque su talismán, ya que podría contaminarse con la disonancia de energías que vibran en otras tonalidades.
Asimismo, Capricornio puede valerse de otras piedras. El azabache, por ejemplo, con sus energías receptivas. Es muy sensible a las energías negativas y las absorbe con suma facilidad, por ello se lo tiene que descargar con cierta frecuencia. Pero, debido a esto mismo, es un gran protector contra dichas energías. Ya que es madera fosilizada, el azabache puede quemarse para impregnar los espacios vacíos con su poder protector. También sirve para evitar las pesadillas durante las noches de sueño. No olvidemos su poder curativo, por lo que es empleado en rituales de sanación.