La historia de esta civilización es rica y atractiva en todos los aspectos y su horóscopo a diario está al mismo nivel. Por eso es atrapante, si tenemos en cuenta por ejemplo, la exactitud con que crearon el calendario, sus conocimientos en astronomía, confirmados hoy por hoy con la mejor tecnología del mundo actual. Estamos llegando a la conclusión de una importancia suprema a la hora de hablar de horóscopos.
Para interpretarlos debemos recordar que ellos se basaban en dos calendarios: el Tzol de doscientos seis días, con meses de veinte días y el Haab de trescientos sesenta y cinco. Ambos amplían diferencias entre los períodos lunares y solares.
Los períodos lunares se denominaban con el nombre de determinados animales muy importantes para esta cultura. Y se representaban con trece sellos que representaban las trece lunas.
A su vez a cada día le daban características bien propias, definidas, durante cada círculo de cincuenta y dos años. Al haber jornadas tan dispares y similares a la vez, hacían del día a día algo realmente muy dinámico, alegre y llevadero. Cuando alguien de la comunidad tenía familia a ese recién llegado se le atribuían las cualidades asignadas a ese día.
Ahora bien, si actualmente sabemos con total certeza científica que sus cálculos astronómicos hoy no solo no se rebatieron sino que se confirmaron con la mejor tecnología, podemos asegurar que sus apreciaciones respecto a las cualidades asignadas a cada ser al nacer están basadas en cálculos exactos e inequívocos. Sorprendente.