El miedo puede a veces hundirnos en la inacción y como consecuencia hacernos perder oportunidades que luego podríamos lamentar durante mucho tiempo. Nadie está libre de los temores ni de las fobias, nuestras experiencias de vida son diferentes y por eso tenemos un lote personal de miedos que dependen mucho del signo del zodiaco al cual pertenecemos. En esta oportunidad escarbaremos en las entrañas de Tauro, con intención de reconocerle en una zona de sí mismo en la que, muchas veces, la paciencia no basta para confrontarla.
Las cosas que despiertan los instintos del temor en Tauro
La persona de signo Tauro, por ser un signo de tierra, con apego a los objetos materiales y al buen vivir, dando por momentos cabida al buen gusto en la sazón, alberga temores de perder aquello que ha conseguido. Este hecho puede incluso paralizarlo y provocar cambios notorios en su carácter. Cada signo reacciona de manera diferente al temor. Tauro, enfrentado al temor, se convierte en una criatura posesiva, inmiscuyéndose con delirio en aspectos que antes solía descuidar.
Cuando el temor crece más en él, se vuelve huidizo y cerrado, en su mirada se bosqueja la apagada figura de la desconfianza. Cuando sus miedos cobran la forma de fobias, Tauro, por llevar una vida asentada en lo terrenal, manifiesta un profundo temor a la muerte y a todo aquello que puede conducirle a ella. Así, temerá a las enfermedades que pueden dejarle postrado; al paso de los años que arruga la piel, ralentiza los movimientos y aproxima el día final; al efecto destructor que las malas decisiones tienen sobre las posesiones…
El temor a padecer necesidades
Esto, además del temor de llegar a la pobreza, es otro monstruo en la vida de Tauro, el temor a ella le hará planificar mejor sus proyectos y potenciará su persistencia en el camino hacia sus logros. Esto le permitirá asegurar su prosperidad, siempre y cuando sepa controlar sus temores. «Nada hay seguro en la vida». Tauro necesita interiorizar esta frase y, con el tiempo, aprender a desapegarse de manera obsesiva a sus posesiones y aspiraciones materiales. Esto abarca también el ámbito humano, en el que Tauro adquiere conciencia de que no puede apropiarse de la vida de otros y mucho menos de las personas que ama.
También las ideas en las que cree entran en el tablero de juego; Tauro habrá de ser más flexible con el tono de sus propias creencias. La persona de Tauro es, asimismo, en las garras del miedo, insegura; le inquieta el sentir que no está a la altura de los demás, el ser despreciado. Entonces puede explotar en ira, disparando esquirlas en todas direcciones, descargando su cólera con actitud impropia de su calmado carácter. Las etapas de crisis le afectan más que al común de personas. Prefiere la comodidad de vivir en su zona de confort. Están acostumbrados a solucionar cualquier problema con dinero. Sin embargo, la madurez se convierte en una terapia saludable, el atravesar las crisis le harán más tolerante y menos rencoroso.