Si para algunos autores los sueños de vuelos tienen una simbología exclusivamente sexual, para otros, como Mircea Eliade, significan ideas de libertad y de trascendencia.
Los sueños sobre vuelos constituyen un anticipo del vuelo real; pero también son el germen de la realidad futura, así se manifiesten en la imagen de un hombre en el aire desprovisto de alas, en la persona alada o en un vulgar y corriente viaje en avión.
Por un lado, entonces, simbolizan un deseo no siempre manifiesto de capacidad sexual y, por otro, de ascenso social, acrecentamiento de la fortuna o realización de una actividad creadora o espiritual.
En líneas generales, cuando una persona se sueña volando (en especial si el trayecto es hacia arriba mientras se van dejando nubes en el camino), representa un muy fuerte deseo de escapar a los vaivenes de la vida cotidiana, de romper con todo aquello -simbolizado en la Tierra- que uno siente que lo ata a una existencia sin sentido.